Los medicamentos psiquiatricos
Los medicamentos psiquiatricos

Es evidente que la medicina ha avanzado en todas las especialidades y también es cierto que la industria farmacéutica ha ido al compás de esta evolución y en muchas ocasiones nos han proporcionado nuevos conocimientos en la comprensión de las enfermedades.
Nos ha proporcionado numerosos estudios y resultados de investigación que precisamente en Psiquiatría no han sido fáciles, pues no es lo mismo buscar nuevos medicamentos antibióticos, analgésicos, antinflamatorios, por citar algunos, que investigar medicamentos que afectan directamente a nuestro cerebro y que su estudio, investigación y comprobación de sus efectos, se realizan en seres humanos vivos.
Sea como sea, pocos países autorizan estudios farmacológicos con medicinas que afectan al cerebro de seres humanos. Dicho esto, tenemos pues que deducir que los llamados psicofármacos son medicamentos que han sido estudiados de forma exhaustiva, se han observado sus efectos, las dosis, sus efectos secundarios y sobretodo si aportan novedades terapéuticas o beneficios que justifiquen su utilización que será comprobada por miles de especialistas que lo prescribirán.
Por otra parte, es cierto también, que la creencia de que todos los psicofármacos son drogas, tal como pueden serlo productos como la cocaína, el alcohol, las anfetaminas, etc., y la creencia de que por tanto quedará “enganchado” al medicamento, es una opinión muy extendida.
Decimos los especialistas que las drogas no se venden en las farmacias ni están validadas por la sanidad oficial de los países. En general debemos decir que los psicofármacos a dosis prescritas por el psiquiatra son las necesarias para resolver una situación o una patología y por ello insistimos en la peligrosidad de la “automedicación”, como la auto suspensión del medicamento, pues dejarlos de forma brusca, o al criterio propio, puede provocar recaídas o efectos secundarios desagradables, y de igual forma es el especialista el que determina las dosis y la duración del tratamiento.
Los tópicos de que si se empiezan a tomar, nunca se podrán abandonar, que estos fármacos son todo “drogas”, que no resolverán nada, y que no hay que tomarlas nunca pues hay muchos remedios sustitutivos, y otros muchos, no son más que eso: tópicos. Que un medicamento se convierta o no en una droga depende de la naturaleza del mismo y de la cantidad que se tome. Si bien es cierto que ciertos medicamentos tienen más que otros la capacidad de crear una dependencia, que no será fácil abandonar. Simplemente hay que valorar que ciertos medicamentos sobretodo los ansiolíticos deben ser controlados y supervisados, y que los antidepresivos en general no causan tantos problemas en este sentido.
En general podemos afirmar que los ansiolíticos son medicamentos de indicación temporal, puntual o de rescate, y los antidepresivos son medicamentos de tratamiento.
Ahora bien, hay muchas variantes: el tipo de paciente, la patología que presenta, lo que el paciente espera de la medicación, etc., y que sepa siempre que la medicación no es más que otro instrumento para curar su problema, en casos muy necesario y en otros, será un tratamiento temporal para acabar de resolver, con otros elementos o estrategias como la psicoterapia, terapias alternativas, etc..
Siempre es positivo usar todo aquello que ayude a superar el sufrimiento humano, pero sin olvidar de que precisamente por su condición humana debería pensar que no hay medicamentos milagrosos, terapias infalibles, ni métodos alternativos que sean definitivos. Los psiquiatras que solemos trabajar en equipo, sabemos que la colaboración entre los profesionales de la salud mental siempre da mejores resultados que si el paciente, por sus creencias, o por la opinión de algún conocido o profesional, descalifique de entrada la colaboración y trabajo en equipo que promovemos desde hace muchos años.
Dr. J.Rebordosa.